La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) ha avisado de que las dietas milagro "carecen" de fundamento científico reconocido y que sólo sirven a corto plazo, cuando el interés de la dieta debe "prolongarse" en el tiempo.
Asimismo, han alertado de que estas dietas habitualmente son recomendadas por personas que no son expertas en nutrición y se publicitan a través de medios de comunicación no especializados, con un interés "meramente" económico por parte de los promotores o vendedores.
"Para perder peso hay que acudir a un profesional de la salud, ya que las soluciones mágicas no existen. Y es necesario que la población se conciencie de que para controlar el peso es más eficaz mantener unos buenos hábitos alimenticios que hacer una dieta de forma transitoria", ha comentado la coordinadora del Grupo de Nutrición y Alimentación de Semfyc, Lourdes Carrillo.
En este sentido, la experta ha recomendado a las personas que quieren perder peso que realicen "pequeños" cambios en su alimentación diaria para que puedan mantenerse a largo plazo, primando un equilibrio de los nutrientes ingeridos adaptado al estado físico.
"Son dietas que se ponen de moda, aparecen cada cierto tiempo y su popularidad aumenta a gran velocidad, alejándose de las recomendaciones nutricionales médicas específicas para la población a la que van dirigidas. Asimismo, se caracterizan porque la persona tiene que hacer un esfuerzo mínimo para lograr los resultados, lo que resulta muy tentador para la mayoría de las personas que quieren perder peso", ha explicado Carrillo.
LOS HIDRATOS DE CARBONO SON NECESARIOS PARA EL ORGANISMO Y EL CEREBRO
En concreto, estas dietas pueden agruparse en: dietas hipocalóricas no equilibradas, dietas disociadas, como la Dieta Montignac, y dietas excluyentes, como la Atkins o la Dukan, en la que se restringen los hidratos de carbono a favor de las proteínas y grasas, con el resultado de una rápida pérdida de peso, difícil de mantener a largo plazo.
En este sentido, la doctora ha recordado que los hidratos de carbono son una de las principales fuentes de energía del organismo y la única utilizable por el cerebro. "La restricción de hidratos de carbono, como cereales, legumbres, verduras o frutas, lleva a una rápida pérdida de peso, fundamentalmente a expensas de líquido extracelular, además de pérdidas de calcio, potasio y otras vitaminas y minerales", ha recalcado.
De esta forma, ha proseguido, mantener este hábito a largo plazo puede acarrear otras importantes consecuencias para la salud como, por ejemplo, daño cerebral, hepático o renal, trastornos del metabolismo de los lípidos, osteoporosis o estreñimiento.
Asimismo, en estas dietas hipocalóricas además de líquido, la pérdida de peso se produce a costa del tejido muscular y no tanto del tejido adiposo --grasa--, cuyo acumulo excesivo es el verdadero problema del sobrepeso y la obesidad.
Tanto es así que, según ha argumentado Carrillo, una vez que se consigue el objetivo inicial de pérdida de peso, el regreso progresivo a la alimentación habitual conlleva una ganancia de peso a expensas de agua y grasa, ya que la masa muscular perdida no se vuelve a recuperar.
"Esta pérdida definitiva de músculo lleva a una readaptación del metabolismo energético del organismo, cuyas necesidades de calorías disminuyen, lo que justifica expresiones frecuentes como, por ejemplo, que cada vez como menos y engordo más", ha concluido la experta.